Las reacciones en la naturaleza rara vez ocurren con una conversión completa de reactivos a productos. En su lugar, avanzan a un estado de equilibrio químico en el que la relación de las concentraciones de reactivos y productos es constante (Skoog et al, 2005). Existen dos tipos básicos de reacciones las irreversibles, que impiden que el producto regenere los reactivos y las reversibles que permiten que los productos se transformen nuevamente en reactivos. Una reacción reversible se representa por una flecha bidireccional, que representa las reacciones directa e inversa (Calderón y Ramos, 2013), por ejemplo, la reacción de dilución del dióxido de carbono en agua (K representa una constante).

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En la parte inferior se muestra una presentación corta sobre las reacciones reversibles e irreversibles (Contreras, 2014).